El origen de la energía nuclear y los Nobel robados en el camino
Como muchos de los grandes avances tecnológicos, el nacimiento de la energía nuclear tiene lugar en el seno del ejército. En los años 40, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, EEUU comenzaba su investigación sobre armas nucleares, con el proyecto Manhattan.
Pero no hubiera sido posible sin el descubrimiento de la fisión nuclear, gracias a los avances científicos de la austríaca Lise Meitner. Gracias a sus estudios se pudo descubrir que el núcleo del átomo es divisible en dos, lo que daría paso a las investigaciones para la creación de la primera bomba atómica.
Sin embargo, Meitner no estaba interesada en participar en tal creación. En 1942 se le ofreció participar en el grupo internacional de investigación formado para ello, lo que significaba una gran oportunidad para trabajar entre los grandes cerebros de la época. Lise, que era judía, se había visto obligada a dejar Alemania, y el proyecto de la bomba tenía como objetivo acabar con el régimen nazi. Aun así, Meitner fue la única científica que rechazó la oferta. Dejó sus razones muy claras: No quería tener nada que ver con la bomba atómica.
Curiosamente, a pesar de sus imprescindibles estudios y avances científicos, no fue Lise Meitner quién recibiría un Premio Nobel de Química por sus contribuciones a la división del átomo en 1944, sino su compañero de trabajo, Otto Hahn.
Otra giganta de la física sí participó en el proyecto Manhattan: La científica china Chien-Shiung Wu. Trabajó desde Nueva York como científica senior, en un grupo de investigación cuyos experimentos fueron necesarios en el diseño de los reactores nucleares. El grupo detectó un problema: Cuando el reactor se paraba después de haber estado trabajando a alta potencia, no podía volverse a poner en marcha hasta pasadas unas horas. Wu descubriría el motivo y su solución: Cuando el reactor se detiene, la cantidad de xenón-135 aumenta, absorbe neutrones e impide la reacción en cadena por unos días. Hasta que el xenón-135 no se desintegra, no se puede reiniciar el reactor.
Experta en detectar errores, años después Wu fue la única capaz de refutar la ley de paridad. Llevó a cabo numerosos estudios y experimentos hasta obtener la suficiente evidencia científica. Sin embargo, quienes ganaron el Premio Nobel fueron los dos científicos que propusieron el marco teórico, sin ser capaz de demostrarlo. Wu, que logró probar la validez de la teoría, se quedó sin Nobel.
Gracias a científicos y científicas de tan alto nivel, con o sin Nobel, el Proyecto Manhattan triunfó consiguiendo crear las primeras armas nucleares. La humanidad no tardaría en sufrir las consecuencias.